
Por otra parte, es importante indicar que, a través de este mismo texto bíblico del libro del Génesis, donde Dios nos dice: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza…Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó", (Génesis, 1; 26-27). La palabra nos habla muy claro de la identidad que, posee por naturaleza el hombre con relación a Dios, ya que, la misma palabra nos dice que, fuimos creado a imagen y semejanza de él. En nuestro ADN, es decir; nuestra genética está íntimamente ligada a la de Dios, y es sumamente importante, estar consciente de esto, ya que, muchas veces la falta de conciencia, de saber quiénes somos en Dios, nos hace sentirnos confundidos, sentirnos vacíos, limitados, y muchas veces perdidos. Pero la realidad es, que cada día más, el ser humano busca saber quién es, de donde viene y hacia dónde va para saber, dónde está realmente. La vida siempre nos hace hacernos muchas preguntas, sin respuestas algunas. La verdad todos sin acepción alguna, sentimos esa necesidad, de saber las respuestas a tales preguntas, preguntas que solo tienen respuestas, el día que tienes un encuentro personal con Jesús, ya que solo a través de él, y de sus palabras, es posible, y lo que nos permite, a su vez, encontrar el verdadero sentido de la vida, es decir; nuestro propósito.
Por otro lado, cabe indicar que, el catecismo de la iglesia católica nos dice: la imagen divina está presente en todo hombre. Resplandece en la comunión de las personas a semejanza de la unidad de las personas divinas entre sí (cf. Capítulo segundo), (1702). La gracia de Dios, la luz de su santo espíritu que es, la presencia viva de Dios en tu vida, es decir: la comunión con Dios, te hará conocer tu verdadera identidad en Cristo, ya que el señor en sus palabras nos dice: "yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí" (Juan, 17; 23). No solo somos a imagen y semejanza de Dios, sino que somos uno en Dios, a través de Cristo. Tener la gracia de Dios, y vivir en Cristo es, maravilloso, pero sumamente importante, ya que el señor nos dice: "Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada", (Juan, 15; 4-5). Pidamos al buen Dios la gracia de que, nos revele nuestra verdadera identidad, que la luz de su santo espíritu no solo nos llegue a cada uno nosotros, sino también a nuestra familia y, a tantas personas que necesitan saber su identidad en Cristo, y así poder cumplir su propósito en la vida. En el poderoso nombre de Jesús nuestro señor y salvador. Amén
Referencias Bibliográficas:
Biblia De Jerusalén
Catecismo De La Iglesia Católica
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