El rezo del santo rosario no
es, una devoción nueva, y la misma tiene un significado muy importante para nosotros
los católicos, porque a través de esta devoción podemos meditar los misterios
de Jesús, desde su concepción hasta su muerte y resurrección, y podemos obtener
por intercesión de la virgen cualquier tipo gracia de su hijo nuestro señor
Jesucristo. Es importante indicar que,
el rezo del Santo Rosario ha tardado mucho en formarse tal y como ahora
lo conocemos. No fue ideado en un momento concreto, sino que es fruto de una
larga evolución. Una evolución que aún no ha concluido. Cabe señalar que, la
Madre de Dios, en una aparición a Santo Domingo le enseño a rezar el rosario,
en el año 1208. Le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma
poderosa en contra de los enemigos de la Fe. La Virgen se le apareció en la
capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo
que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se
convertirían y obtendrían abundantes gracias. Domingo salió de allí lleno de
celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito porque
muchos albigenses volvieron a la fe católica. La palabra Rosario significa
"Corona de Rosas". La Virgen María ha revelado a muchas personas que
cada vez que rezan un Ave María le entregan una rosa y por cada Rosario
completo le entregan una corona de rosas. Así como la rosa es la reina de las
flores, el Rosario es la rosa de todas las devociones y, por lo tanto, es la
más importante. El Santo Rosario es considerado como la oración perfecta porque
se meditan los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de
Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos están distribuidos en los misterios
gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos.
También, es importante señalar
que, según el catecismo de nuestra iglesia católica nos dice: El papel de María
con relación a la Iglesia es inseparable de su unión con Cristo, deriva
directamente de ella. "Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la
salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo
hasta su muerte" (LG57), (964). Pero, su papel con relación a la Iglesia y
a toda la humanidad va aún más lejos. "Colaboró de manera totalmente
singular a la obra del Salvador por su obediencia, su fe, esperanza y ardiente
amor, para restablecer la vida sobrenatural de los hombres. Por esta razón es
nuestra madre en el orden de la gracia" (LG 61), (968). Por otra
parte, es importante indicar que, cuenta la tradición que, en la segunda mitad
del siglo XV, la Virgen María se le apareció al Beato dominico Alano de la
Rupe, quien escribió el famoso libro “De Dignitate Psalterii” (De la dignidad
del Salterio de María), en el cual relata cómo la Virgen pide a Santo Domingo
de Guzmán que propague el rezo del Santo Rosario.
Según el Beato Alano, estas
son las promesas de Nuestra Señora para quienes rezan frecuentemente y con
devoción la oración mariana:
1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye
en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas
celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si
es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos
tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los
bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos
de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de
predestinación de gloria.
A lo largo de los siglos los
Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado
indulgencias. Cabe indicar que, dijo Nuestro Señor: "Donde dos o tres
estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:20).
El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la
unidad de la vida familiar. Por otro lado, cabe señalar que, su Santidad Juan
Pablo II insiste en el rezo del Santo Rosario en familia, en grupos, en
privado. Pide que se invite a todos a rezar, a no temer el compartir tan
hermosa devoción, que es una catequesis de la fe. No alerta a que el mundo está
en crisis y nuestras fuerzas humanas no bastan. La victoria, dice el Papa,
vendrá nuevamente de la mano de Virgen María. Es la victoria de Su Hijo
Jesucristo, el Señor, Rey del Universo. Además, es importante indicar que, la
virgen María ha confirmado la importancia del rosario como medio eficaz de los
creyentes. Indicando que es la oración de los sencillos y de los grandes, que está
al alcance de todos, en todo tiempo y lugar. E l rosario honra a Dios y a la
virgen de un modo especial. Cabe señalar que, en Lourdes, la virgen llevaba un
rosario en la mano cuando se le apareció a Santa Bernardita. Y también lleva un
rosario cuando se les apareció a los tres pastorcitos de Fátima. Y fue en Fátima
donde ella misma se revelo a los niños como: ´´Nuestra Señora del Rosario´´. Pidamos
a nuestra madre del cielo que, interceda ante su hijo nuestro señor Jesucristo
por cada uno de nosotros, nuestras familias, la iglesia y el mundo entero.
Especialmente pedimos su intercesión por aquellos que, más necesitan de la
misericordia de Dios. Amén
Referencias Bibliográficas:
Biblia De Jerusalén
Biblia Latinoamericana
Página: www.corazones.org
Comentarios
Publicar un comentario