El
tiempo de adviento es un tiempo propicio para preparar nuestro corazón para el nacimiento
del niño Jesús, es el corazón del hombre la cede y el palacio, donde nuestro
señor Jesucristo quiere reinar, ya que el mismo señor Jesús nos dice: "Mira que estoy a la
puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y
cenaré con él y él conmigo", (Apocalipsis 3;20). Es importante indicar
que, el reino de Dios se construye en el corazón del hombre, en el día a día, cuando
nos abrimos a la gracia de Dios, y desde ahí surge el verdadero cambio o transformación
en nuestras vidas. También cabe mencionar que, el señor nos dice: "No se
dirá: Está aquí o allí, porque el reino de Dios está dentro de vosotros",
(Lucas 17;21), en nuestros corazones. La palabra Adviento (en latin: adventus
Redemptoris, ‘venida del Redentor’), es el primer período del año
litúrgico cristiano, y consiste en un tiempo de preparación espiritual para la
celebración del nacimiento de Cristo. La palabra latina "adventus"
significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de
Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro
semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la
esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor. En el adviento es
un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual. El
significado litúrgico del tiempo de Adviento se refería a la doble
"venida" de Jesús: la Encarnación en Belén y la Segunda Venida como
juez al final de los tiempos.
Por
otra parte, es importante señalar que, el color litúrgico de este tiempo es el
morado que significa penitencia. Cabe indicar que, el tiempo de Adviento es un
período privilegiado para los cristianos, ya que la finalidad del adviento es
recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén,
vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la ´´presencia
de Jesucristo´´, y preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la segunda
venida de Jesucristo en la ´´majestad de su gloria´´. Por otra lado, es
importante señalar que, este tiempo, es muy oportuno para detenernos a
reflexionar que cosas estamos haciendo con nuestras vidas, si lo que estamos
haciendo con la misma edifica o no?, pero sobre todo preguntarnos: ¿Cómo está
mi relación con Dios?, ¿Cómo está mi relación con mi familia?, y ¿Cómo está mi relación
con el prójimo?, Pidamos al buen Dios un verdadero arrepentimiento en nuestras
vidas, y también que podamos reconocer nuestra fragilidad y pequeñez ante su
majestad. Amén
Referencias
Bibliográficas:
Biblia
de Jerusalén
Santa
Biblia
Catholic.net
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