
También,
es importante indicar que, de todas las criaturas
visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador"
(GS 12,3), (356); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha
amado por sí misma" (GS 24,3); sólo él está llamado a participar, por
el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y
ésta es la razón fundamental de su dignidad. Por haber sido hecho a imagen de
Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente
algo, sino alguien. Ser echo a imagen y semejanza de Dios nos da la capacidad
de amar, porque Dios es amor, y es, esta misma capacidad que, nos hace ser, un
ser humano, ya que, sin él, es imposible vivir, el verdadero amor, en toda su
plenitud.
Por
otra parte, es importante indicar que, el apóstol san Pablo nos dice: El que
ama al prójimo ha cumplido la ley. En efecto, lo de: no adulterarás, no matarás, no robarás, no
codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta
fórmula: amarás a tu prójimo como
a ti mismo. La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto,
la ley en su plenitud, (Rm 13, 8-10), (2196). El amor es perfecto, (1Carta a los Corintios13). Cabe señalar
que, el señor a través de sus palabras, nos dice: "Como el Padre me amó,
así también los he amado yo: permanezcan en mi amor. Si cumplen mis
mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los mandamientos de
mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que mi
alegría esté en ustedes y su alegría sea completa. Este es mi mandamiento: que
se amen unos a otros como yo los he amado, (San Juan, 15;9-12). El mandamiento principal de Dios para con
nosotros es, el amor, y no es fácil, porque el amor exige sacrificios, y
entrega incondicional, ya que el mismo no depende de corresponder a un
sentimiento, sino, más bien, requiere voluntad, así es, amar no es un
sentimiento, es una elección y, por ende, una decisión. Cabe señalar que, amar
es un verbo y, por ende, si es, un verbo, es una acción. Por lo que, no tengo
que sentir la necesidad de amar para poder hacer el bien. Pidamos al Dios del
amor y la misericordia que nos regale la capacidad de amar, como él nos ama. Amén
Referencias Bibliográficas:
Biblia De Jerusalén
Biblia Latinoamericana
Santa Biblia
Catecismo De La Iglesia Católica
Libro: El Amor En La Familia, San Juan Pablo II
Comentarios
Publicar un comentario