Sagrado Corazón De Jesús


Durante toda la historia de la salvación hemos podido observar según las sagradas escrituras, como Dios nos sorprende siempre, con su amor y su misericordia. Eso nace de su sagrado corazón. El amor es, su máxima expresión. Y desde un principio Dios nos ha manifestado su amor, al crear al hombre a imagen y semejanza suya. Todo es obra de su amor, de su sagrado corazón. Es por ello, importante indicar que, según el catecismo de nuestra iglesia católica nos dice: La oración de la Iglesia venera y honra al Corazón de Jesús, como invoca su Santísimo Nombre. Adora al Verbo encarnado y a su Corazón que, por amor a los hombres, se dejó traspasar por nuestros pecados, (2669). Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: "El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf. Jn 19, 34), "es considerado como el principal indicador y símbolo...del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres (Pío XII, Enc."Haurietis aquas": DS 3924; cf. DS 3812), (478). Cabe indicar que, el señor continúa revelándonos sus misterios de amor. Es por ello que, el 16 de junio de 1675 se le apareció Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella, donde le mostró su Corazón. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz.  Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor." Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón.

También es importante indicar que, la devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía. Cabe mencionar que, se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado. Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados. El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Por otra parte, cabe señalar que, en 1899 el Papa León XIII, consagró el mundo al Sagrado Corazón en el umbral del nuevo siglo, llamando a este acto, el más grande de su pontificado. Definió al Sagrado Corazón con “el símbolo y la imagen sensible del amor infinito de Jesucristo”. El no quiso que nada escapara a la influencia del Sagrado Corazón, pues consideraba que era el remedio a todos los problemas de la era moderna. El primer aspecto que debe quedar claro es que el Sagrado Corazón de Cristo es la fuente de la Divina Misericordia: Por lo tanto, la devoción al Corazón de Jesús y a la Divina Misericordia son absolutamente inseparables. El señor a través de santa María Faustina nos dice: “Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo ... Toda gracia de salvación y santificación brota de esta fuente. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas “(Diario # 1777). El centro de la vida espiritual de Santa Faustina era el Corazón de Jesús, pero enfocado en el amor misericordioso que brota de su Corazón.

Por otro lado, es importante indicar que, el siervo de Dios San Juan Pablo II, el gran apóstol del Corazón Misericordioso de Jesús nos dice que, la devoción al Sagrado Corazón corresponde más que nunca, a las expectaciones y necesidades de nuestro tiempo. He hecho hincapié en revelar que los elementos esenciales de esta devoción pertenecen de una forma perenne a la espiritualidad de la Iglesia a través de su historia”. (SS. Juan Pablo II, 1987). “Cristo ofrece su divino y humano Corazón, fuente de reconciliación y principio de nueva vida en el Espíritu Santo, a todas los hombres y mujeres de hoy que están sumergidos en un mundo secularizado en el cual corren el peligro de perder el centro de la gravedad de sus vidas” (S.S. Juan Pablo II, junio 28 de 1998). Además, nos dice: “Creer en el Hijo crucificado significa creer que el amor está presente en el mundo y que este amor es más fuerte que toda clase de mal, en que el hombre, la humanidad, el mundo están metidos. Creer en ese amor significa creer en la misericordia. pues, es ésta la dimensión indispensable del amor de su Corazón”. A lo largo de toda la encíclica, el Santo Padre subraya que la Iglesia, especialmente en nuestros tiempos modernos, tiene "el derecho y el deber" de "profesar y proclamar la misericordia de Dios", de "introducirla y encarnarla" en las vidas de todos y de "invocar la misericordia de Dios", implorándola para el mundo entero. Cabe indicar que, el señor le revela a Santa Margarita de Alacoque el Sagrado Corazón, le revela la profundidad de su amor por los hombres, amor hasta el extremo de dejarse traspasar, consumir, llegar hasta los mayores sufrimientos. Este amor del Corazón de Jesús se convierte en misericordia cuando toca al hombre. La misericordia, es el amor del Corazón de Dios, que toca la miseria, pecado, fragilidad. Al tocar a los hombres, se convierte en misericordia. Pidamos al buen Dios la gracia amarle y dejarnos amar por él, siempre. Amén

Referencias Bibliográficas: 

Biblia De Jerusalén
Catecismo De La Iglesia Católica
Escrito De Santa Margarita Alocoque
Encíclica De La Divina Misericordia: ´´Rico En Misericordia´´ San Juan Pablo II
Diario De Santa María Faustina Kowalska

                                             




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