
También,
es importante señalar que, la razón de fijar el día 25 de diciembre como fecha
de festejo del nacimiento de Jesucristo responde a la necesidad de la Iglesia
de sustituir la fiesta de las Saturnales (o Saturnalia), tradicional en la
Antigua Roma, que coincidía con el solsticio de invierno y que era celebrada
por los llamados paganos, y así facilitar la aceptación del cristianismo. Es
por ello que, decir Navidad para un cristiano, es decir, lo mismo que,
nacimiento del niño Jesús. Según el catecismo de la iglesia católica, respecto
a la vida de Cristo, el Símbolo de la Fe no habla más que de los misterios de
la Encarnación (concepción y nacimiento) y de la Pascua (pasión, crucifixión,
muerte, sepultura, descenso a los infiernos, resurrección, ascensión). No dice
nada explícitamente de los misterios de la vida oculta y pública de Jesús, pero
los artículos de la fe referente a la Encarnación y a la Pascua de Jesús
iluminan toda la vida terrena de Cristo. "Todo lo que
Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que [...] fue llevado al
cielo" (Hch 1, 1-2) hay que verlo a la luz de los
misterios de Navidad y de Pascua, (512).
Por otra parte, es importante indicar que, el apóstol
San Lucas nos narra, lo que es, el acontecimiento histórico más hermoso; el
nacimiento del niño Jesús, y nos dice: "Sucedió que por aquellos días
salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este
primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos
a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la
ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser
él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que
estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron
los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en
pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había
en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno
durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del
Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No
temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os
ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y
esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado
en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército
celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la
tierra paz a los hombres en quienes él se complace.» Y sucedió que cuando los
ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros:
«Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha
manifestado.» Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño
acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho
acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores
les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en
su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo
lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho," (Lucas
2; 1:20). Es importante, señalar que, la alegría del nacimiento del niño Jesús,
no solo fue para San José y maría en aquel tiempo, sino también para los
cercanos. Es por ello, que también en este tiempo conmemoramos el nacimiento
del niño Jesús que, es la Navidad; Alegría, paz, amor, compartir con la familia,
vecinos y amigos, cuando les permitimos al niño Dios, nacer en nuestros corazones.
Pidamos al niño Dios, al Enmanuel; Dios con nosotros que, nos conceda la gracia
de permitirle nacer en nuestros corazones. Amén.
Referencias
Bibliográficas:
Biblia
de Jerusalén
Biblia
Latinoamericana
Catecismo
de la iglesia católica
www.catolic.net
ACIPRENSA
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